Él es Isaías, y es mi todo. Más que una mascota es quien hace que me ría todos los días, me enseña lo que es ser responsable, me ayuda a ser más disciplinada, y sobre todo me da mucho amor. Mi gatito bello puede parecer un gato bastante peculiar, porque es súper cariñoso y sociable, siempre feliz de que lo acaricien, y de conocer nuevas personas.
Hace dos semanas le diagnosticaron Leucemia felina a Isaías, una enfermedad que no tiene cura, y aquí en Perú no tiene tratamiento. Se me calló el mundo, mientras el veterinario hablaba sobre la espectativa de vida, de cómo debían ser sus cuidados y de que tarde o temprano la enfermedad se lo llevaría, yo no escuchaba nada.. Mis oídos se taparon ante el shock de que mi bebé, mi pequeño, no viviría los 18 años que yo sé que un gato sano y bien cuidado puede vivir, y que en algún momento él habría de sufrir, al igual que yo, por esta enfermedad. Ya me he lamentado demasiado.. Tengo miedo en verdad, pero algo es cierto. Mientras Isaías esté aquí, conmigo, es y será el gato más feliz del universo, y mi mamá y yo hemos quedado en hacer todo lo posible por darle un tratamiento. Ahora buscamos que nos traigan unos medicamentos de México que lo ayudarán a estar mejor... Felizmente los gatos no entienden español, felizmente no puedo decirle "Estas enfermo y no tiene cura", porque al no saber a él no le interesa si le quedan 2 años de vida o 10, lo único que le interesa es ser feliz, jugar, comer rico, dormir y que le hagan cariñito. Es increíble lo bello que puede ser la relación humano-animal cuando hay tanto cariño en el medio..
Te quiero mucho Isaías, y sé que vivirás muchísimos años más.
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