Se merecen un Oscar

No sé exactamente cuales serán los criterios que siguen los jurados de la Academia cuando deciden que películas van a Mejor Película o que actores van a Mejor Actor y Actriz. No lo sé pero me he percatado de que siempre las nominadas a mejor película suelen tener una trama dramática, y bueno, los nominados a mejor actor o actriz suelen salir de estas películas. Siempre pensé que para un actor debía ser sumamente difícil llorar de la nada cuando la escena se lo pide, he escuchado la clásica pregunta que les hacen en entrevistas de "Cómo haces para llorar en algunas escenas?" y la respuesta siempre suele ser "Pienso en algo muy triste". Me parecía algo tan complicado que en un momento normal del día me ordenaran llorar. Los actores son personas también e imaginemos que le ha pasado algo que lo tienes más feliz que nunca y de la nada les ordenen llorar. Bueno, pensar en algo triste debe ser la clave. Y cuando está triste de por si debe ser mucho más fácil llorar. Pero cómo sería si fuera al revés? Si lo que le ordenaran hacer es reír durante la filmación de una comedia y el actor pasa por una etapa deprimente. Recientes acontecimientos me han hecho darme cuenta que más difícil que llorar cuando uno está feliz es sonreír cuando uno está triste. Especialmente cuando uno está muy muy triste, o en estado de depresión. Ante ese pensamiento me puse a buscar un poco sobre la vida de algunos famosos actores cómicos como Jim Carrey, y ciertamente es un ser humano normal, que ha pasado sus periodos de depresión fuertes y vivido cosas duras. Pero por qué las comedias nunca han llegado si quiera a ser mencionadas en los Oscar? El trabajo de estos actores cómicos debería ser más reconocido porque nos hacen reír a carcajadas cuando, no sabemos, puede que ellos necesiten que los hagan reír. Todos ellos que se tragan sus problemas y sus momentos difíciles para poner cara de tonto, sonreír enormemente y hacer payasadas frente a la cámara son grandes actores de verdad, se merecen un Oscar.